Estudiar de manera efectiva no se trata solo de dedicar muchas horas, sino de aplicar técnicas que maximicen la comprensión y retención de la información. A continuación, se presentan algunas de las mejores técnicas de estudio, basadas en investigaciones científicas y prácticas recomendadas por expertos.
1. Técnica de repaso espaciado
El repaso espaciado es una estrategia que consiste en distribuir el tiempo de estudio en varias sesiones a lo largo de días o semanas. En lugar de estudiar intensamente el material en una sola sesión (conocido como «empollar»), el repaso espaciado permite al cerebro consolidar la información de manera más eficiente. Al revisar el contenido en intervalos de tiempo regulares, es más probable que la información pase de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.
2. Pruebas o autoevaluaciones
Hacer pruebas frecuentes, incluso si no son obligatorias, es una técnica altamente efectiva. Al autoevaluarse, los estudiantes no solo practican recordar la información, sino que también identifican las áreas en las que tienen más dificultades. Las investigaciones sugieren que la recuperación activa de información fortalece la memoria más que la simple relectura del material. Las tarjetas de memoria (flashcards) son una herramienta excelente para aplicar esta técnica.
3. Técnica de enseñanza
Explicar los conceptos a otra persona, o incluso imaginar que se está enseñando a un alumno, es una de las formas más eficaces de consolidar el aprendizaje. Esta técnica, también conocida como «el efecto del profesor», obliga al estudiante a organizar la información de manera clara y lógica, lo que refuerza la comprensión y la retención.
4. Elaboración y mapas conceptuales
Elaborar significa integrar nueva información con conocimientos previos. Esto se puede hacer formulando preguntas como «¿Cómo se relaciona esto con lo que ya sé?» o «¿Por qué es importante este concepto?». Los mapas conceptuales son una excelente herramienta para visualizar las relaciones entre ideas, ya que permiten organizar los conceptos de manera jerárquica y comprensible. Esta técnica ayuda a formar una estructura mental clara del material.
5. Técnica de pomodoro
La técnica pomodoro es una estrategia de gestión del tiempo que consiste en estudiar durante intervalos de 25 minutos (llamados «pomodoros») seguidos de una breve pausa de 5 minutos. Después de cuatro sesiones, se toma un descanso más largo de 15 a 30 minutos. Este método aprovecha la capacidad de concentración del cerebro en períodos cortos, lo que ayuda a evitar la fatiga mental.
6. Variación de contextos
Estudiar en diferentes lugares o cambiando el contexto del estudio también puede mejorar la retención. El cerebro se adapta mejor a la recuperación de la información si se ha aprendido en múltiples entornos. Cambiar de lugar o variar las fuentes de estudio (por ejemplo, usar libros, videos y resúmenes) estimula el cerebro de manera distinta, lo que refuerza la memoria.
Conclusión
No existe una técnica única que sea perfecta para todos, pero combinar varias de las técnicas mencionadas puede mejorar significativamente los resultados académicos. La clave está en ser constante, planificar con antelación y adoptar métodos que favorezcan tanto la comprensión como la retención de la información.